
En un rincón de La Rioja, donde las viñas se mezclan con las señales de radio, hay dos personas que decidieron hacer ruido. No del molesto, sino del bueno: del que une a las personas por las ondas. Hablamos de Alberto (EA1DA) y Rubén (EC1RS), los rostros —y voces— detrás del proyecto Riojanos por la Radio.
Más que un canal: una amistad
Lo suyo no empezó con cámaras ni micrófonos sofisticados. Empezó como empiezan las cosas que de verdad funcionan: con la pasión por compartir lo que les gusta. Dos radioaficionados con espíritu inquieto y sentido del humor que decidieron hacer comunidad desde su rincón del norte de España. Ni grandes patrocinios, ni estructuras complejas. Solo ganas, vocación y muchas horas de radio.
Enseñar sin dogmas
Rubén es de esos que se remanga, desmonta un equipo y te explica cómo funciona mientras suelta alguna broma. Alberto es más de fondo técnico y cálido tono de profesor cercano. Juntos se complementan, y eso se nota en cada tutorial, en cada directo, en cada entrada del blog.
Pero lo mejor es que no predican desde un púlpito. Lo suyo es compartir, no imponer. Forman, pero también aprenden. Responden dudas en Twitch, comentan fallos, se ríen de sus metidas de pata. Y ahí está la magia: en su autenticidad.
Conectar sin filtros
Riojanos por la Radio no quiere ser “la autoridad”. Quiere ser una puerta abierta para quien empieza, una compañía para quien lleva años en esto y una chispa de curiosidad para quien aún no sabe que la radioafición puede cambiarte la forma de ver el mundo.
Transmiten desde casa, montan antenas con ingenio y comparten directos en los que ves tanto tecnología como humanidad. Se nota que disfrutan. Y eso, en tiempos de filtros y poses, vale oro.
Una comunidad que crece
Gracias a ellos, muchos han aprendido qué es un SDR, cómo calibrar un equipo o cómo no desesperarse la primera vez que uno configura un HamClock. Pero más allá de lo técnico, han generado algo que no se mide en hercios: confianza.
Han demostrado que no hace falta ser un gurú ni tener todo el tiempo del mundo para aportar. Que con un poco de ilusión, dos micros y muchas ganas, se puede hacer comunidad. Real. Humana. Horizontal.
Y esto… ¿solo acaba de empezar?
Puede que no lo digan en voz alta, pero quienes los seguimos sabemos que esto tiene alma de largo recorrido. Porque cuando lo que te mueve no es el ego sino el amor por lo que haces, la frecuencia nunca se pierde.
Riojanos por la Radio es un ejemplo de cómo la radioafición sigue viva. De cómo, con cercanía y humildad, se puede conectar con personas de todo el mundo… y también con uno mismo.